Suemi Rodríguez Romo

Alexandra Elbakyan, ¿Robin Hood de la Ciencia?

Alexandra Elbakyan.

Le tomó a Alexandra Elbakyan -otra nominada entre los 10 mejores casos de gente que dejó su marca en 2016- pocos años pasar de ser una estudiante de tecnología de la información a pirata y fugitiva famosa. En 2009, cuando era estudiante casi graduada, trabaja en su proyecto de investigación para tesis en Almaty, Kazajstán. Entonces Alexandra conoció la frustración que muchos mexicanos hemos conocido por no poder acceder a los trabajos académicos con resultados de frontera debido a su alto costo.

Y digo muchos, porque en un país con desigualdades como México, hay diferencias abismales entre las Instituciones que realizan investigación. Unas muy pobres y otras muy ricas. Aún peor, en una misma Institución hay áreas de investigación mejor subsidiadas que otras. Ambos tipos de investigación son vitales para el país, pero éste es otro tema.

SCI-HUB.

Teniendo el conocimiento necesario en sus manos, Alexandra empezó a burlar sistemas de seguridad de las editoriales (¿a alguien le suena conocido?). En 2011 decidió automatizar el proceso y fundó Sci-Hub. Una página web pirata que contiene copias de trabajos de investigación de pago (protegidos por sistemas de seguridad y legales) para ponerlos al servicio de cualquier persona. En 2016, el interés en Sci-Hub se incrementó sustancialmente y se disparó su uso. Según cifras de Alexandra, el sitio ahora alberga unos 60 millones de documentos y tuvo más de 75 millones de descargas en 2016. El año pasado fueron 42 millones. Actualmente abarca aproximadamente el 3% de todas las descargas de editores de la ciencia en todo el mundo. Esto duele, sobre todo cuando la ciencia es considerada un negocio.

Indiscutiblemente es piratería de derechos de autor a gran escala. Se ha ganado muchos elogios, críticas y una demanda millonaria en dólares. A pocas personas les agrada el hecho de que haya actuado ilegalmente. Aunque muchos consideran que su acción puede impulsar el ya viejo movimiento de ciencia de acceso abierto. Este movimiento sostiene que la humanidad debe dar acceso gratuito y legal a la ciencia -en todos sus niveles- a todos los seres humanos.

Sci-hub ha evolucionado de una página diseñada para obtener gratis artículos de investigación ( además de otros documentos) a asumir funciones de editorial. Este esfuerzo requeriría un pago a una página web aliada con autores o editoriales. Este esfuerzo lo realiza para lograr su objetivo en un marco de mayor legalidad con la finalidad de evitar demandas.

El negocio de la Ciencia.

De una manera un tanto inocente, Alexandra pone el dedo en la llaga. ¿Es la ciencia un negocio o tiene un componente mercantil intrínseco?  Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa. ¿La naturaleza actual de la ciencia ha sido impuesta por una visión particular de la sociedad? Como es claro, si la ciencia no tuviese un componente de negocio privado y la financiara la sociedad como un todo, la humanidad avanzaría más rápido en su desarrollo. Se tendrían más y mejores fármacos (los grandes monopolios farmacéuticos y la conflictiva necesidad de hacer patentes de todo desaparecería). Se crearían materiales con propiedades cada vez más asombrosas, comida más sana y abundante, entre entre otras cosas. Como consecuencia ineludible los beneficios se repartirían entre todos, habría menos ricos y menos pobres; finalmente, se vale soñar.

Si nos remontamos a la época medieval europea anterior a Galileo -como ejemplo- la ciencia tenía un papel casi nulo en los negocios. Ahora la sociedad le confirió un papel fundamental en su cosmovisión (recordemos la confrontación de algunos científicos con la iglesia católica) y el resultado fue fatal para el desarrollo científico; notablemente lento.

En conclusión; el papel que le otorguemos a la ciencia hará de esta nuestro poderoso aliado o nuestro acérrimo enemigo. Como siempre la mejor opinión la tienen ustedes.